Existen fiestas en las que
no se celebra nada, velas de cumpleaños que no son intercambio de sueños por un
soplido, existen ilusiones que las atropella la vida. Existen demasiadas cosas,
pero yo sigo quedándome con vosotros. Porque después de todo, los ordenadores
se rompen y las relaciones se terminan. Lo mejor que podemos hacer es reiniciar
y respirar. Tantos caminos, tantos desvíos, tantas opciones, tantos errores... La
vida es muy corta y cada momento tiene su valor, dejemos de pasar días enteros
durmiendo y años completos soñando. Con lo sencillo que es quedarse con una
parte insignificante de las cosas y lo poco que cuesta mezclar las causas con
las consecuencias y al revés. Porque hay cosas que duran un instante pero de
las que, curiosamente, podemos hablar toda la vida.