Gotas de lluvia que inundan la ciudad. Oxígeno que me llega a través del humo del cigarro. Manos calientes, aroma a café, labios secos. Aquella melodía que no para de sonar y siento muy lejos. Mi mirada en tus ojos dormidos. Viento que golpea el cristal, y mi perro no deja de ladrar. Velas encendidas y ese olor a vainilla. Tacto suave, páginas viejas que se rompen como susurros, esos que hielan la piel. Silencios agradables, repetitivos, confusos, afligidos. Mar de estrellas, a veces fugaces, como los amores eternos. Versos inacabados en dedos inexpresivos. Las mejillas rosadas mi color favorito, como el verde, a mi lado. Y supongo que todo esto es lo que me hace ser.

Seguidores

Con miles de historias que contar.



Hoy, todas aquellas cosas se han quedado guardadas en aquel baúl de aquel desván. Me acuerdo que solíamos pasar la tarde al lado de él, descubriendo cosas viejas, que para nosotros eran nuevas. Recuerdo como nos sentábamos mirando aquellas fotos antiguas, de gente que apenas conocíamos, unos dibujos y hojas rotas con historias de una vida. Me acuerdo que nos disfrazábamos con aquella ropa que encontramos metida, que jugábamos a formar nuestra vida juntos...
Hoy en día aquel baúl sigue ahí, con polvo, intacto, solo un poco mas viejo. 
En cambio, nosotros, hemos cambiado, no somos los mismos de siempre. Lo único que sé, es que allí permanece unas imágenes captadas, una ropa de talla mini y unas hojas de un diario, de mi diario.
Todos los te quiero que escribí ahí, ahí quedaran, formar la historia de nuestra vida, es solo un cuento, se quedó más allá de la realidad. Aunque me quedo con la ilusión de que pude estar junto a ti.