Todo empezó como empiezan las
mejoras cosas. Un poco por inercia inesperada. Cuando ni tú mismo te entiendes.
No sabes qué pensar.
Aquellos primeros besos por
intentar volver a sentir algo se fueron convirtiendo en compartir sofá.
Compartir risas. Compartir vida. Y te das cuenta de que quemarías la ciudad si
te enteraras de que te necesita.
Pasó el tiempo. Y casi sin darte
cuenta tu vida cambió sin avisar. Haciendo ilusiones sin saberlo. Y como todo
lo bueno empieza, un día se acaba. Dándote cuenta de las cosas. Con besos en
descenso. Pensamientos en otro sitio. Mentiras recibidas. Un adiós anunciado.
Uno se quedará en otros labios. El otro un poquito en la mierda. O en mucha
mierda.