Gotas de lluvia que inundan la ciudad. Oxígeno que me llega a través del humo del cigarro. Manos calientes, aroma a café, labios secos. Aquella melodía que no para de sonar y siento muy lejos. Mi mirada en tus ojos dormidos. Viento que golpea el cristal, y mi perro no deja de ladrar. Velas encendidas y ese olor a vainilla. Tacto suave, páginas viejas que se rompen como susurros, esos que hielan la piel. Silencios agradables, repetitivos, confusos, afligidos. Mar de estrellas, a veces fugaces, como los amores eternos. Versos inacabados en dedos inexpresivos. Las mejillas rosadas mi color favorito, como el verde, a mi lado. Y supongo que todo esto es lo que me hace ser.

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¡Good morning, princess!



Y de pronto, se le forma un nudo en la garganta. No quiere que se vaya. ¿Por qué siente esa angustia? ¡Si se lo está diciendo muy claro! La que le gusta y la que 
le seguirá gustando cuando vuelva es ella.
-¡Buenos días, princesa! -grita de repente el chico-. ¡He soñado toda la noche contigo! Íbamos al cine y tú llevabas aquel vestido rosa que me gusta tanto. Solo
pienso en ti princesa. ¡Pienso siempre en ti!
El fragmento de La vida es bella la hace temblar y termina por sacarle una sonrisa y también una lagrima de la emoción.