Ahora estoy bien, luego mal... No entiendo que me pasa. Es como una noria que va dando vueltas y a veces estas abajo y otras arriba. Al final siempre baja, y se para, y te bajas. Creo que me he bajado de mi vida, que no la controlo, no tengo frenos y estoy a punto de estrellarme.
En algún momento cojo el mando, pero lo pierdo enseguida, no se manejarlo.
Solo necesito encontrar a alguien que guie mi vida, que me enseñe el camino, que soporte conmigo los tropezones y las piedras que hay en el camino. Que me sirva de bastón, de paraguas y de abrigo si hace frio.
Porque la vida es dura, y más, si no tienes a nadie a tu lado.
Gotas de lluvia que inundan la ciudad. Oxígeno que me llega a través del humo del cigarro. Manos calientes, aroma a café, labios secos. Aquella melodía que no para de sonar y siento muy lejos. Mi mirada en tus ojos dormidos. Viento que golpea el cristal, y mi perro no deja de ladrar. Velas encendidas y ese olor a vainilla. Tacto suave, páginas viejas que se rompen como susurros, esos que hielan la piel. Silencios agradables, repetitivos, confusos, afligidos. Mar de estrellas, a veces fugaces, como los amores eternos. Versos inacabados en dedos inexpresivos. Las mejillas rosadas mi color favorito, como el verde, a mi lado. Y supongo que todo esto es lo que me hace ser.