Saliendo esta
noche, se pone algo rojo. A su madre no le gusta ese tipo de vestido. Todo lo
que ella nunca tuvo, ahora lo está consiguiendo. Conduciendo demasiado rápido,
la luna se rompe a través de su cabello, se dirige a algo que nunca olvidará.
No tener remordimientos es todo lo que ella realmente quiere. Todo lo que había
soñado lo está consiguiendo y no quiere que desaparezca cuando se despierte.
Pero sabe que no hay nada por lo que estar asustada. Persiguiéndola esta noche,
las dudas corren por su cabeza. Él la está esperando, se esconde detrás de un
cigarrillo. Su corazón está latiendo fuerte y no quiere echar a correr. Dando
un paseo, la luna está iluminando su piel. El está temblando y ella no lo sabe todavía, hasta que habla él.
-Pasa el tiempo, seguimos
separados y… he estado pensando en ello últimamente. Esto es algo que siempre
he soñado, y no quiero despertar si se cumple. – Se acerca cada vez más a ella.
¿Alguna vez se le pasó por la cabeza lo rápido que una noche puede cambiar? –
Estamos envejeciendo cariño, y yo quiero hacerlo a tu lado. Cada segundo que
pasa es un segundo que estoy sin ti. Y quiero cambiar eso. Quiero que estemos
juntos y eso te prometo que nunca cambiará.