Estás como en una nube, así es, no vienes de ningún sitio y no vas a
ningún sitio. Por tu cabeza sólo pasan preguntas del tipo: ¿Qué va a ser de mí?
¿Estoy haciendo bien? En realidad la vida que estás llevando no es mala si se
trata de mirar el presente pero, ¿Y el futuro? Eso es lo que no tienes nada
claro aún y no tener en tus manos una decisión tan importante lo único que hace
es consumirte lentamente. Sabes que cualquier cosa que haces cuando te pones,
lo haces bien, sea lo que sea, pero el problema es que ahora están
interviniendo otros factores externos que no están en tu mano. Un día te
despegas con mucha fuerza, pero al día siguiente estás hundida. No sabes muy
bien por dónde agarrar tu vida. Estás bien pero no eres feliz al 100%. ¿Te
falta algo o te sobra algo? Piénsalo bien. Eres inteligente como para saber
alejar lo que te hace que no progreses. Quizás es tu cabeza la que te está
jugando una mala pasada, es muy probable, pero hasta que tu mente no esté
tranquila con todo no podrás evolucionar, y eso lo sabes mejor que nadie.
Cuando tienes una preocupación, aunque sea la más mínima, te afecta en todo lo
que haces. Tienes que estar al 100% para que todo salga como tú quieres, o sea,
bien.