No
existe ese maravilloso botón de pausa del que todos hablan. No puedo
decidir parar las cosas cuando a mí me dé la gana. Puedo tomármelo
con calma, pensarlo y analizarlo, pero el mando a distancia universal
sólo es para la televisión. No puedo evitar darle vueltas a mis
sueños de esta noche en mi cabeza, ni dejar de pensar en el "¿y
si hubiera hecho otra cosa en ese momento?". Muchas veces al día
se me pasa por la mente la idea de abandonar y empezar de nuevo, pero
ese ya es un truco que he utilizado demasiado. Los cuentos de hadas, con ponis,
unicornios, purpurina y florecitas son geniales, pero vivir todo el
tiempo en ellos es completamente imposible. Sólo quiero dormir,
soñar algo nuevo, y despertarme sabiendo responder por lo menos a
una de mis preguntas. Porque yo sola no me siento capaz. Hay días en
los que casi no me tengo en pie. Y, sinceramente, no se si podré. No sé. Por ahora, solo me queda creer en ello y lograr que se cumpla.
FELIZ 2014