No digas nada por favor que
sabes bien como soy yo y creo que sobran las palabras… No digas nada, ya lo sé,
aunque tienes frio también, hoy veo que hay fuego en tu mirada. Y es verdad que
la vida algunas veces nos hace pagar con creces y que el tiempo siempre tiene
la razón y que al final, cuando algo te pertenece un día inesperado vuelve y
aunque sea de lejos oye tu canción. No digas nada por favor que hablando el
alma me destrozas, quiero decirte tantas cosas, quiero acordarme de tu olor, no
digas nada por favor, no vaya a ser que me despierte de un sueño en el que
puedo verte y aún puedo hablarte de mi amor, no digas nada ten piedad, solo te
pido que mañana por la noche, dormido me des la oportunidad… Dormido sé que es
el amor y aunque te vea de otro color, otra vez puedo enamorarte. Puedo decirte
la verdad, y aunque a mi lado ya no estás, dormida aún puedo mirarte Y es
verdad que la vida algunas veces nos hace pagar con creces y que el tiempo
siempre tiene la razón y que al final cuando algo te pertenece un día inesperado
vuelve y aunque sea de lejos oye tu canción.
Gotas de lluvia que inundan la ciudad. Oxígeno que me llega a través del humo del cigarro. Manos calientes, aroma a café, labios secos. Aquella melodía que no para de sonar y siento muy lejos. Mi mirada en tus ojos dormidos. Viento que golpea el cristal, y mi perro no deja de ladrar. Velas encendidas y ese olor a vainilla. Tacto suave, páginas viejas que se rompen como susurros, esos que hielan la piel. Silencios agradables, repetitivos, confusos, afligidos. Mar de estrellas, a veces fugaces, como los amores eternos. Versos inacabados en dedos inexpresivos. Las mejillas rosadas mi color favorito, como el verde, a mi lado. Y supongo que todo esto es lo que me hace ser.